Disrupción tecnológica e IA como motores de la “nueva” economía

Mário Pires | Schroders

Head of Portugal
En este cargo, Mário Pires es el responsable de velar por los intereses y las necesidades de los clientes intermediarios e institucionales en Portugal, así como por el crecimiento del negocio en la región.

Abril de 2025 por Mario Pires

Poco después de que se imponga una disrupción tecnológica, resulta difícil imaginar cómo era la vida sin ella. Así ocurrió con el teléfono o el automóvil en el siglo XIX. Fue así con internet, que nos abrió el mundo en el siglo XX, e incluso con internet móvil hace poco más de 20 años. 

Las transformaciones provocadas por la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en la era digital no son una excepción y, aunque no ha pasado suficiente tiempo para comprender todos sus impactos, el mundo tras esta disrupción ya no es el mismo. Al igual que el teléfono, los coches o los aviones desempeñaron un papel transformador en la sociedad, las economías y su productividad, las innovaciones tecnológicas derivadas de la IA son ya un factor crítico de éxito.

La forma en que se están rediseñando los modelos de negocio está transformando profundamente la actividad empresarial y este cambio es visible en una gran variedad de ámbitos: en las cadenas de distribución, gestionadas ahora por sistemas predictivos que analizan los datos en tiempo real para optimizar la logística y minimizar las interrupciones; en los mercados financieros, impulsados por algoritmos de negociación y modelos de riesgo avanzados; en el comercio minorista y los servicios, donde personalizar la experiencia del consumidor ya no es una opción.

La disrupción llega a todos los sectores

La IA, junto con la automatización inteligente, el análisis avanzado de datos y los algoritmos de aprendizaje automático, está llevando esta disrupción a todos los ámbitos que podamos imaginar, desde la optimización de la producción agrícola hasta las soluciones sanitarias. Y en todos ellos también se están demandando nuevas cualificaciones profesionales. Basta con ver algunos ejemplos:

  • La gestión agrícola y la monitorización de los cultivos se benefician de los datos obtenidos por satélite sobre las variaciones de las plantas o del clima (problemas de crecimiento o de riego, por ejemplo), lo que permite adoptar medidas correctivas y optimizar la producción. Empresas, como Planet Labs, por ejemplo, utilizan la IA para procesar enormes volúmenes de datos satelitales, útiles para fundamentar decisiones en este ámbito y en muchos otros, como la gestión de infraestructuras urbanas, la detección precoz de incendios y la respuesta ante catástrofes.
  • En sanidad, el diagnóstico clínico es una de las áreas que ya se benefician de esta disrupción. Un ejemplo sencillo es LumineticsCore (antes IDx-DR), una solución entrenada en el análisis de imágenes de retina para detectar signos precoces de retinopatía diabética. Al automatizar el análisis de estas imágenes, se reducen los costes sanitarios y el tiempo de diagnóstico, lo que es crucial para salvar la vista de millones de personas.
  • Por su aplicación transversal, el software industrial es un área clave en esta disrupción tecnológica. Un ejemplo es Emerson, líder mundial en sistemas de automatización de procesos, que está integrando la IA, la computación en la nube y los algoritmos de aprendizaje automático (supervisados) en una solución que le permite reconfigurar sistemas de control que han quedado obsoletos en los equipos de sus clientes. Hasta el 70% de esta reconfiguración se está generando y migrando automáticamente, ahorrando millones en mano de obra y eliminando varios meses que antes se necesitaban para implementar un proyecto de modernización de este tipo. Aunque el trabajo humano ya no es el mismo que antes y después de esta disrupción no se ha eliminado: en 2024, cuando se anunció esta solución, la empresa tenía 600 empleados desarrollando software. Ellos son los que, cuando es necesario, reescriben el código obsoleto que se ha identificado automáticamente.

En prácticamente todos los ámbitos, las soluciones basadas en la IA ya están automatizando procesos, anticipando tendencias, reduciendo ineficiencias y costes, respaldando la toma de decisiones, personalizando la experiencia del cliente y promoviendo más innovación. Y si, por un lado, la IA requiere altos niveles de energía, por otro, puede ayudar a compensarlos respaldando un uso más eficiente de los recursos, lo que reduce los residuos y aumenta la circularidad y las sinergias. 

Las empresas que, a principios del siglo pasado, prefirieron seguir viajando a caballo que en coche, no han pasado a la historia. Para formar parte de este nuevo capítulo, la capacidad de adaptarse e innovar a estos nuevos motores de la economía es fundamental. Ellas dictarán la competitividad de nuestras empresas, de nuestras economías y de cada uno de nosotros.